PADRES HELICÓPTERO
Es completamente normal que los padres se
preocupen por el bienestar y el futuro de sus hijos y traten de protegerlos de
peligros y amenazas reales que pueden poner en riesgo su integridad física o
psicológica. Sin embargo, más allá de una precaución “sana”, está la actitud de
un número creciente de madres y padres a los que podríamos denominar “padres
helicóptero”. Son adultos que, como un helicóptero, sobrevuelan constantemente
la vida del menor, supervisan cada uno de sus movimientos y tratan de evitarle
cualquier experiencia frustrante por pequeña que parezca.
Estos padres tratan de calmar su ansiedad y
preocupación controlando la vida de sus hijos y sobreprotegiéndolos. Así,
frases aparentemente inocentes, como “ten cuidado que te vas a caer”, cuando se
repiten en exceso, pueden ser perjudiciales para el menor. El niño se siente
incapaz de resolver los conflictos propios de su edad: un problema de
convivencia con un compañero de clase, una dificultad de aprendizaje… El
escolar se volverá dependiente de sus padres que terminarán entrando en
conflicto con los padres de su compañero de clase o sustituyendo a su hijo en
las tareas escolares que lleva a casa.
Uno de los mejores regalos que pueden hacer
los padres en la educación de sus hijos es que sean autónomos, dentro de sus
capacidades, que se enfrenten por sí mismos a retos crecientes y aprendan a
resolverlos, que se sientan alentados por sus padres en su exploración del
mundo… Al mismo tiempo, los padres tienen que ser un refugio seguro cuando los
niños experimenten el cansancio, la frustración y el fracaso. En estos casos,
los padres serán fuente de consuelo y de ánimo para que los niños vuelvan a
intentarlo.
Miguel
Ruiz Prada