FÁBULA DE "LA RANA SORDA"

FÁBULA DE "LA RANA SORDA"

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.
Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió.
Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenia caso seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Fuente: Del libro "La culpa es de la vaca", compilado por Jaime Lopera Gutiérrez y Martha Inés Bernal trujillo. Ed. Intermedio.


La rana sorda es una fábula oriental que nos ilustra sobre tres aspectos fundamentales en nuestro desarrollo personal como humanos, como padres y madres y, por supuesto, como idea para transmitir a nuestros hijos.

El primero es que nunca debemos perder la confianza en nosotros mismos. Nuestros proyectos, nuestras ilusiones tienen que marcarnos el día a día y nadie es quien para echarlos por la borda y hacernos creer que no podremos conseguirlos. Las palabras sencillas del protagonista de la película “En busca de la felicidad” a su hijo pequeño ilustran perfectamente esta idea. “Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo. Si tienes un sueño, ve a por él”

El segundo es que los retos se consiguen con esfuerzo y pocas veces a la primera. La perseverancia es, por lo tanto, un valor a transmitir a los hijos que no ha perdido vigencia. Es importante creer en uno mismo y luchar por las cosas en las que crees pero eso no suele ser fácil, por lo tanto, hay que estar preparado para ello y ensayar una y otra vez. Aprender a caer y levantarse es un ejercicio mental muy sano. Es verdaderamente importante trabajar con los niños la resistencia a la frustración para poder avanzar en la vida de forma satisfactoria.

El tercero es que la palabra puede ser un bálsamo curativo o la espada más afilada. El ser humano necesita, en muchas ocasiones, de las palabras de aliento de otros seres humanos para cumplir sus objetivos y lo que se encuentra por el contrario, son palabras que anulan proyectos, nuevas ideas, una visión distinta de la vida. ¿Somos capaces de motivar a las personas que tenemos alrededor a través de la palabra? ¿Usamos el lenguaje de forma positiva? ¿Cuidamos este aspecto en la educación de nuestros hijos? La palabra es un elemento muy poderoso en la educación de los niños y adolescentes. Utiliza con los que tienes a tu alrededor y, especialmente, con tus hijos, las palabras que hacen crecer, que alimentan la ilusión, que aumentan la autoestima y olvida todas aquellas que solo destruyen y entorpecen el crecimiento personal.

Juan José González Delgado
Departamento de Orientación
Colegio Santo Ángel-Fundación Educere